Una gran ceremonia celebrada el miércoles y a la que asistieron las principales autoridades del país marcó el inicio del que será el puente colgante más ancho del mundo.
Turquía puso el miércoles la primera piedra de la construcción del que será el tercer puente que cruce el Estrecho del Bósforo conectando Europa y Asia, en una ceremonia a la que asistieron las principales autoridades políticas del país.
La ceremonia de puesta en marcha de las obras para la construcción del que se ha presentado como el que será el puente colgante más ancho del mundo, y que se espera esté terminado en el plazo de dos años, tuvo lugar en la pequeña localidad de Garipçe, en el lado europeo de la provincia de Estambul.
El presidente turco Abdullah Gül, el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan, el presidente del parlamento Cemil Çiçek, o el ministro de transportes Binali Yıldırım, fueron algunas de las destacadas autoridades que asistieron al acto de inauguración de las obras el miércoles. En declaraciones hechas durante la ceremonia, Erdoğan pidió a la firma constructora İÇTAŞ y al grupo italiano Astaldi, las dos empresas adjudicatarias del proyecto, que terminen el tercer puente sobre el Bósforo en el plazo de dos años, para el 29 de mayo de 2015. Ambas compañías se han comprometido a hacer todo lo posible para completar la obra en esa fecha, aunque el año pasado auguraron un plazo de finalización de 3 años.
La fecha de la ceremonia del miércoles no es casual. Fue un 29 de mayo de 1453 cuando el sultán otomano Mehmet II el Conquistador –que da nombre al segundo puente construido sobre el Bósforo- entró triunfante en la antigua Constantinopla –hoy Estambul- tras arrebatársela a los bizantinos. El miércoles se cumplía el 560º aniversario de tal acontecimiento, y durante la ceremonia el presidente turco Abdullah Gül aprovechó para anunciar que el nuevo puente llevaría el nombre de otro sultán, Selim I (Yavuz Sultan Selim).
El proyecto tiene un coste estimado cercano a los 5 millones de euros y se espera que contribuya a reducir la congestión del tráfico en una metrópolis como Estambul, de 15 millones de habitantes y donde la circulación siempre ha sido un problema; será además el segundo gran proyecto del gobierno turco hasta la fecha que utilice un modelo de concesión privada de la explotación de la obra durante un período determinado por parte de la empresa encargada de la construcción.
El tercer puente sobre el Bósforo forma parte también de los grandes proyectos de infraestructuras planificados para los próximos años en la urbe, y que el gobierno turco ha presentado como uno de los puntos fuertes de la candidatura de Estambul para los Juegos Olímpicos de 2020, en los que compite con Madrid y Tokio. Otros ejemplos de megaproyectos planeados para los próximos años en la ciudad son el gran túnel Marmaray, el megaproyecto “Canal Estambul” –que pretende construir un gran canal artificial que dividirá en dos la provincia de Estambul por su lado europeo- o el futuro tercer aeropuerto de Estambul, que con una capacidad anual de 150 millones de pasajeros se convertirá en uno de los mayores del planeta.
El futuro tercer puente que atravesará el Estrecho del Bósforo tendrá 59 metros de ancho –será el puente colgante más ancho del mundo- y una longitud de 1.275 metros, y unirá la orilla europea y asiática de Estambul desde la localidad de Garipçe hasta el barrio de Poyrazköy, conectando además la Autopista del Marmara con la Autopista Trans-Europea (TEM).
Pese a todo no faltan las críticas al proyecto. Varios expertos, organizaciones ecologistas y ciudadanos han alzado sus voces contra la construcción de un tercer puente sobre el estrecho que divide Estambul argumentando que la obra acabará con las últimas zonas verdes que rodean la ciudad y contribuirá a aumentar aún más la población de la metrópolis turca.
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Turquía puso el miércoles la primera piedra de la construcción del que será el tercer puente que cruce el Estrecho del Bósforo conectando Europa y Asia, en una ceremonia a la que asistieron las principales autoridades políticas del país.
La ceremonia de puesta en marcha de las obras para la construcción del que se ha presentado como el que será el puente colgante más ancho del mundo, y que se espera esté terminado en el plazo de dos años, tuvo lugar en la pequeña localidad de Garipçe, en el lado europeo de la provincia de Estambul.
El presidente turco Abdullah Gül, el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan, el presidente del parlamento Cemil Çiçek, o el ministro de transportes Binali Yıldırım, fueron algunas de las destacadas autoridades que asistieron al acto de inauguración de las obras el miércoles. En declaraciones hechas durante la ceremonia, Erdoğan pidió a la firma constructora İÇTAŞ y al grupo italiano Astaldi, las dos empresas adjudicatarias del proyecto, que terminen el tercer puente sobre el Bósforo en el plazo de dos años, para el 29 de mayo de 2015. Ambas compañías se han comprometido a hacer todo lo posible para completar la obra en esa fecha, aunque el año pasado auguraron un plazo de finalización de 3 años.
La fecha de la ceremonia del miércoles no es casual. Fue un 29 de mayo de 1453 cuando el sultán otomano Mehmet II el Conquistador –que da nombre al segundo puente construido sobre el Bósforo- entró triunfante en la antigua Constantinopla –hoy Estambul- tras arrebatársela a los bizantinos. El miércoles se cumplía el 560º aniversario de tal acontecimiento, y durante la ceremonia el presidente turco Abdullah Gül aprovechó para anunciar que el nuevo puente llevaría el nombre de otro sultán, Selim I (Yavuz Sultan Selim).
El proyecto tiene un coste estimado cercano a los 5 millones de euros y se espera que contribuya a reducir la congestión del tráfico en una metrópolis como Estambul, de 15 millones de habitantes y donde la circulación siempre ha sido un problema; será además el segundo gran proyecto del gobierno turco hasta la fecha que utilice un modelo de concesión privada de la explotación de la obra durante un período determinado por parte de la empresa encargada de la construcción.
El tercer puente sobre el Bósforo forma parte también de los grandes proyectos de infraestructuras planificados para los próximos años en la urbe, y que el gobierno turco ha presentado como uno de los puntos fuertes de la candidatura de Estambul para los Juegos Olímpicos de 2020, en los que compite con Madrid y Tokio. Otros ejemplos de megaproyectos planeados para los próximos años en la ciudad son el gran túnel Marmaray, el megaproyecto “Canal Estambul” –que pretende construir un gran canal artificial que dividirá en dos la provincia de Estambul por su lado europeo- o el futuro tercer aeropuerto de Estambul, que con una capacidad anual de 150 millones de pasajeros se convertirá en uno de los mayores del planeta.
El futuro tercer puente que atravesará el Estrecho del Bósforo tendrá 59 metros de ancho –será el puente colgante más ancho del mundo- y una longitud de 1.275 metros, y unirá la orilla europea y asiática de Estambul desde la localidad de Garipçe hasta el barrio de Poyrazköy, conectando además la Autopista del Marmara con la Autopista Trans-Europea (TEM).
Pese a todo no faltan las críticas al proyecto. Varios expertos, organizaciones ecologistas y ciudadanos han alzado sus voces contra la construcción de un tercer puente sobre el estrecho que divide Estambul argumentando que la obra acabará con las últimas zonas verdes que rodean la ciudad y contribuirá a aumentar aún más la población de la metrópolis turca.
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Turquía puso el miércoles la primera piedra de la construcción del que será el tercer puente que cruce el Estrecho del Bósforo conectando Europa y Asia, en una ceremonia a la que asistieron las principales autoridades políticas del país.
La ceremonia de puesta en marcha de las obras para la construcción del que se ha presentado como el que será el puente colgante más ancho del mundo, y que se espera esté terminado en el plazo de dos años, tuvo lugar en la pequeña localidad de Garipçe, en el lado europeo de la provincia de Estambul.
El presidente turco Abdullah Gül, el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan, el presidente del parlamento Cemil Çiçek, o el ministro de transportes Binali Yıldırım, fueron algunas de las destacadas autoridades que asistieron al acto de inauguración de las obras el miércoles. En declaraciones hechas durante la ceremonia, Erdoğan pidió a la firma constructora İÇTAŞ y al grupo italiano Astaldi, las dos empresas adjudicatarias del proyecto, que terminen el tercer puente sobre el Bósforo en el plazo de dos años, para el 29 de mayo de 2015. Ambas compañías se han comprometido a hacer todo lo posible para completar la obra en esa fecha, aunque el año pasado auguraron un plazo de finalización de 3 años.
La fecha de la ceremonia del miércoles no es casual. Fue un 29 de mayo de 1453 cuando el sultán otomano Mehmet II el Conquistador –que da nombre al segundo puente construido sobre el Bósforo- entró triunfante en la antigua Constantinopla –hoy Estambul- tras arrebatársela a los bizantinos. El miércoles se cumplía el 560º aniversario de tal acontecimiento, y durante la ceremonia el presidente turco Abdullah Gül aprovechó para anunciar que el nuevo puente llevaría el nombre de otro sultán, Selim I (Yavuz Sultan Selim).
El proyecto tiene un coste estimado cercano a los 5 millones de euros y se espera que contribuya a reducir la congestión del tráfico en una metrópolis como Estambul, de 15 millones de habitantes y donde la circulación siempre ha sido un problema; será además el segundo gran proyecto del gobierno turco hasta la fecha que utilice un modelo de concesión privada de la explotación de la obra durante un período determinado por parte de la empresa encargada de la construcción.
El tercer puente sobre el Bósforo forma parte también de los grandes proyectos de infraestructuras planificados para los próximos años en la urbe, y que el gobierno turco ha presentado como uno de los puntos fuertes de la candidatura de Estambul para los Juegos Olímpicos de 2020, en los que compite con Madrid y Tokio. Otros ejemplos de megaproyectos planeados para los próximos años en la ciudad son el gran túnel Marmaray, el megaproyecto “Canal Estambul” –que pretende construir un gran canal artificial que dividirá en dos la provincia de Estambul por su lado europeo- o el futuro tercer aeropuerto de Estambul, que con una capacidad anual de 150 millones de pasajeros se convertirá en uno de los mayores del planeta.
El futuro tercer puente que atravesará el Estrecho del Bósforo tendrá 59 metros de ancho –será el puente colgante más ancho del mundo- y una longitud de 1.275 metros, y unirá la orilla europea y asiática de Estambul desde la localidad de Garipçe hasta el barrio de Poyrazköy, conectando además la Autopista del Marmara con la Autopista Trans-Europea (TEM).
Pese a todo no faltan las críticas al proyecto. Varios expertos, organizaciones ecologistas y ciudadanos han alzado sus voces contra la construcción de un tercer puente sobre el estrecho que divide Estambul argumentando que la obra acabará con las últimas zonas verdes que rodean la ciudad y contribuirá a aumentar aún más la población de la metrópolis turca.